Con gran alegría y júbilo el 2 de julio nuestras tres pequeñas comunidades de Lima, Hualmay y Chaclacayo han querido agradecer, con un corazón solo y un alma sola juntamente a nuestros ALAM y a la Parroquia de San Ricardo. Ha sido un momento para expresar el amor y dar gracias a Dios por estos años que ha guiado y acompañado, iluminado y defendido, protegido y velado sobre esta obra de sus manos: nuestra Congregación.
La Celebración Eucarística estuvo presidida por Mons. Ricardo Rodríguez, el sacerdote que nos acogió en aquel 18 de diciembre del 2000, ahora obispo auxiliar de Lima, acompañado en el altar por 8 sacerdotes y un diácono de otras diócesis, y cientos de personas, las cuales se han unido a nosotras en esta Acción de Gracias.
Después, un coro de voces de todas las edades ha elevado a un himno de alabanza para expresar sus sentimientos y su cercanía con cantos, testimonios, danzas folclóricas y bailes en el agasajo que se había preparado.
¿Como no sentir Su presencia continua en medio de nosotras?
¿Cómo no agradecerle por habernos dado la vida en medio de tantas pruebas y dificultades enseñándonos y animándonos a seguir adelante aún en las dificultades e incertidumbres de los momentos difíciles que estamos atravesando?
¿Quiénes sino ellos, nuestros Fundadores, ¿y todas las hermanas que nos han precedido, que interceden a nuestro favor y que dirigen el corazón de las jóvenes para que sigan escogiendo este camino? Queridos Madre Anna y Padre Cósimo, como las ultimas hijas, las más pequeñas de la Congregación, a ustedes dirigimos nuestra plegaria en este día, la Iglesia necesita de almas generosas, intrépidas, fieles, amantes y de grandes ideales para seguir amando y sirviendo al Pequeñito de Belén. Toquen el corazón de las jóvenes, anímenlas a consagrarse por este camino de total entrega para alabar al Señor y darse en el servicio humilde hacia los pequeños, los lejanos, los más necesitados, para que el Reino de Dios se dilate hasta los confines del mundo. Necesitamos Nodrizas Oblatas que ayuden a este Pequeñito de Belén a nacer, crecer, fortalecerse en tantos corazones lejanos que necesitan de luz, de cariño, de seguridad y tanto amor para decidirse a entrar en el rebaño de Buen Pastor. Ayúdennos en este camino. Queremos que la Congregación siga creciendo en número y en santidad, desde el cielo guíen nuestros pasos.
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